martedì 20 luglio 2010

Tocada


Dulce Estrella
vestida de oro, de plata y de sueño
tú que en el vórtice mágico
de esta danza
tocas con tu sensual florecilla
mi mirada
y mi corazón
traspasándolos a la vida
regálame todavía
la inquietud
dictada por la languidez
a mi estómago
del perfume fascinante
de tu piel
de mágicos inciensos
de mi deseo de tenerte
y de la codicia
de sentir tus manos
que como notas encantadoras y veloces
penetran dentro de mí
para alcanzar un puesto a la sombra
que sólo nosotros dos conocemos
hasta sentir gritar el silencio
de tus ojos en los míos
al entreabrirse nuestros labios
para un lento beso eterno

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